Más de cinco lustros han transcurrido desde que fueron desarrolladas las técnicas de las microfinanzas. En ese lapso, éstas han ganado creciente espacio en las políticas públicas, y el mundo reconoce sus bondades e impactos en la mejora de las condiciones de vida de los más pobres.


En la mayor parte de los países, pero especialmente en los de desarrollo, la población más pobre se ve obligada a someterse a las leoninas condiciones que les imponen los agiotistas, debido a las dificultades de acceso a los servicios del sector financiero formal; las onerosas cargas impuestas por los usureros son un lastre que impide la mejora de las condiciones de vida de los usuarios de ese sistema. En el caso de Colombia son conocidos los extremos que impone el sistema gota a gota, con tasas de interés hasta del 20% diario.


La carencia de ingresos estables y la falta de garantías son limitantes de los más pobres, para acceder a la banca tradicional. El sistema financiero supone que los bajos ingresos o su irregularidad, repercuten en alta morosidad.


La realidad de las microfinanzas ha derrumbado esos mitos. No sólo han mostrado que se pueden desarrollar sistemas de financiación sin necesidad de garantías, sino que registran un alto cumplimiento de las obligaciones adquiridas con quienes los financian; tan es así, que los indicadores de calidad de cartera de las instituciones especializadas en microfinanzas son mucho menores que los de los del sistema financiero tradicional.


Muhammad Yunus, considerado uno de los creadores de las técnicas de microfinanzas, fundador del Grameen Bank y Nobel de Paz, contaba esta anécdota en una conferencia que dio en Bogotá: "un mendigo lo abordó al salir un día del banco y le pidió que le regalara unas monedas. Yunus le dijo que en vez de pedir regalado dinero, debería trabajar; le planteó la posibilidad de darle un crédito a una semana de plazo, con recursos de su propio bolsillo, para que comprara productos que pudiera vender a los transeúntes y así obtener un ingreso más digno que el de la limosna. Yunus comentó que tenía pocas esperanzas de recuperar su dinero; sin embargo, en el plazo señalado el mendigo le entregó lo prestado, más los intereses correspondientes, y le solicitó un préstamo mayor, porque le fue muy bien con las ventas.


Este caso ilustra cómo personas en la más extrema pobreza, pueden ser dignas de confianza y pueden ser sujetos de crédito, a pesar de la carencia absoluta de garantías. También muestra cómo una financiación muy pequeña puede permitir a las personas recuperar su dignidad al poder obtener ingresos sin depender de la caridad pública.


La anécdota impactó al propio Yunus, a tal punto que le propuso a la junta directiva del Grameen Bank la creación de una línea de crédito para ese tipo de personas y bajo un esquema de 'adopción'. Cada funcionario del banco debía adoptar al menos un mendigo para otorgarle un crédito. Como es lógico, la propuesta generó sorpresa y escepticismo, pero fue adoptada, pero al poco tiempo solicitaban autorización para poder 'adoptar' a más de un mendigo.


En el caso de Colombia, desde la década de los 70 del siglo pasado se han registrado experiencias de microfinanzas, y varias de ellas han sido exitosas. Sin embargo, siempre han enfrentado un problema para poder crecer: la disponibilidad de patrimonio para cumplir con el requisito mínimo que exige la legislación financiera para captar recursos del ahorro del público.


Al no poder captar estos recursos, las entidades de microfinanzas actúan como un intermediario que se financia con un banco comercial, y le da créditos a los microempresarios o a las familias de escasos recursos. Tal razón hacía deseable que las entidades financieras tradicionales ingresaran al segmento del microcrédito (downscaling). De hecho, algunas ya habían iniciado ese proceso desde finales de la década anterior.


Convencido de las bondades de las microfinanzas, y de la necesidad de ampliar su cobertura, el presidente Uribe logró en 2002 un acuerdo con el sistema financiero para que los bancos se comprometieran a crecer su financiación al sector de microempresarios.


Los resultados han sido notables. En agosto de 2002, la cartera de microcrédito de los establecimientos de crédito ascendía a $328.000 millones; en abril de 2009, esa cartera tenía un saldo de $3.3 billones. Pese al éxito obtenido, era evidente que aún había un segmento significativo de la población que no tenía acceso a los servicios financieros. El Gobierno resolvió entonces dar otro paso: la creación de la Banca de las Oportunidades; un programa que fomenta entre las entidades financieras, la bancarización de grupos de población hasta ahora marginados, con el objetivo de reducir la pobreza y crear mejores condiciones para el desarrollo económico.


La Banca de las Oportunidades se orienta hacia las personas de bajos ingresos, las microempresas y las pymes con el fin de que el crédito formal les permita romper la dependencia de los agiotistas y consolidar y crecer las empresas. Con este programa se creó una red de entidades conformada por bancos comerciales, compañías de financiamiento comercial, cooperativas financieras, ONG especializadas en microfinanzas y las cajas de compensación. El programa ha sido exitoso.


Entre agosto de 2006 y abril de 2009 se han desembolsado a través de la red 3'958.902 créditos por $12.1 billones. De esas operaciones, 1'190.959 corresponden a microempresarios que acceden por primera vez a créditos formales. Como consecuencia de este programa, la bancarización aumentó del 30,17% de la población colombiana en julio de 2006 al 38,62% en septiembre de 2008.


Aún falta camino por recorrer y muchos compatriotas deben liberarse de las garras de la usura. Aún así, Colombia es considerada en la región como el país que está avanzando más rápido en la creación de condiciones adecuadas para el desarrollo de las microfinanzas, de acuerdo con la medición que realizaron el BID, la CAF y The Economist en el escalafón 'Microscopio 2008'. Este es un incentivo que anima a seguir por ese camino.


LUIS GUILLERMO PLATA PÁEZ. Ministro de Comercio, Industria y Turismo


Fuente: Portafolio.com.co, Publicado el 17-06-09, www.portafolio.com.co/


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